Open-access Opinión de los estudiantes universitarios respecto al uso de celulares y su impacto en la concentración: la escritura sobre temas polémicos

College Students’ Perspectives on Cell Phone Use and its Impact on Concentration: Exploring Controversial Topics Through Writing

Resumen

El uso de dispositivos electrónicos en las aulas universitarias es tan habitual como cualquier otra herramienta propia del entorno académico. En interés de identificar las posibles implicaciones didácticas de este hábito, la presente investigación tiene como objetivo explorar la percepción de los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares u otros aparatos electrónicos en el aula. Se seleccionó un enfoque mixto para llevar a cabo el estudio y se eligieron dos muestras a conveniencia para participar en la recogida de datos cuantitativos y cualitativos, respectivamente. Primero, 99 estudiantes respondieron un cuestionario de 10 preguntas cerradas y, más adelante, 33 estudiantes escribieron un ensayo argumentativo acerca del uso de celulares en clase a partir de una consigna. Entre los resultados más importantes figuran los siguientes: la mayoría de los estudiantes reconoce que el uso de estos aparatos electrónicos durante las sesiones de clase les genera distracción y admiten que, en ocasiones, deben solicitarle al profesor que repita las explicaciones. De igual forma, la mayoría suele usar sus celulares para divertirse y navegar en redes sociales, más que con fines académicos.

Palabras clave:
celulares; aparatos electrónicos; concentración; atención; estudiantes universitarios

Summary

The use of electronic devices (specifically cell phones) in university classrooms is as common as any other academic tool. In the interest of identifying the potential didactic implications of this habit, the present research aims to explore university students’ perceptions of using cell phones or other electronic devices in the classroom. The study follows a mixed approach that combines qualitative and quantitative techniques, and selected a convenience sample of 99 students which participated in the quantitative data collection phase, through the application of a 10-item closed-ended ques-tionnaire. For the qualitative data collection phase, only 33 students participated, allowing for a more in-depth and rigorous analysis of the essays. To collect this qualitative data, a writing prompt was designed in which students were asked to write an argumentative essay on the controversial topic of cell phone use in class. This type of essay is ideal for debating controversial topics such as the use of cell phones in classes. Among the most important results obtained are the following: most students recognize that the use of these electronic devices during class sessions distracts them and admit that they sometimes need to ask the teacher to repeat explanations. Similarly, most students use their cell phones very frequently for entertainment and browsing social networks, rath-er than for academic purposes.

Key words:
cell phones; electronic devices; concentration; attention; university students

Introducción

El uso de celulares sin fines pedagógicos durante las sesiones de clases puede representar una amenaza para lograr la concentración del alumnado. En la actualidad, es más probable que un estudiante se presente al aula sin materiales como lápices, cuadernos y bolígrafos a que asista sin celular. Sin embargo, cabe destacar que su uso no necesariamente está ligado a fines educativos. Con frecuencia, se observa que los estudiantes se distraen y prestan escasa atención a las explicaciones del docente o intervenciones de sus compañeros; en su lugar, teclean en sus celulares, se ríen y se divierten, lo que convierte a este aparato en un distractor.

Este problema ha sido investigado por varios autores. Pinos et al. (2018) comparten la preocupación por el uso constante del celular sin fines pedagógicos que hacen los jóvenes dentro del aula. El objetivo principal de su investigación fue demostrar que el uso compulsivo del celular es un distractor en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los resultados arrojados guardan una relación importante con el presente estudio, ya que se encontró que un 86.4 % de los estudiantes usan sus celulares para asuntos personales y no así para tareas académicas; de igual forma, los datos arrojados evidenciaron que el 77.9 % reconoce sus niveles de dependencia respecto a estos dispositivos. También se encontró que el 50 % se distrae a causa de las interrupciones del celular.

Existe una estrecha relación entre los siguientes conceptos: distractor, atención y concentración. Si un sujeto está distraído, no podrá simultáneamente estar concentrado, al menos no de forma óptima. Por ello, a la luz de los resultados obtenidos por Pinos et al. (2018), se infiere que, si el celular se ha convertido en un distractor, la concentración y atención de los estudiantes se ven afectadas.

En el mismo tenor, Oliva (2014) realizó un estudio con el objetivo de determinar si el uso del celular en el aula funciona como un recurso didáctico o un distractor. Se llegó a la conclusión de que tal actividad encierra múltiples desventajas, tales como: “interrupciones en medio de la clase, pérdida de tiempo escolar y graves afecciones por el uso desmedido e irracional del teléfono celular” (p. 66-67). El estudio también revela que gran parte del alumnado usa sus celulares durante las clases para divertirse. No negaron el hecho de revisar las redes sociales si se encontraban en alguna actividad de carácter académico; al contrario, la mayoría admitió hacerlo con mucha frecuencia.

Por su parte, Hidalgo et al. (2019) investigaron cómo el estudiantado universitario utiliza sus dispositivos móviles y los efectos que esto tiene en su salud. Encontraron que los teléfonos son utilizados principalmente para comunicarse con amigos y familiares (45 %), entretenerse (25 %), realizar actividades académicas (23 %) y buscar información (3 %). Además, la investigación destacó que el uso excesivo de estos dispositivos puede llevar a diversas afecciones físicas, como desbalances musculares, encorvamiento, problemas cervicales, entre otras. También existe el riesgo de encontrarse en situaciones con consecuencias negativas para la salud mental, como la nomofobia y la vibración fantasma.

Asimismo, Carrillo et al. (2017) realizaron una investigación con estudiantes del Programa Educativo de la Licenciatura en Tecnologías de la Información, de la Facultad de Contaduría y Administración que oferta la Universidad Autónoma de Chihuahua. Partieron del supuesto de que el uso irresponsable de los celulares en los espacios académicos puede resultar negativo para el aprendizaje y al respecto concluyeron que el uso del dispositivo móvil o el acceso a Internet en el aula, cuando no se establece un límite, se convierte en un distractor para el alumnado.

De igual forma, Vásconez-Villavicencio y Pardo-Paredes (2019) llegaron a la conclusión de que existe un uso limitado del teléfono celular para acceder a información y resolver problemas en el aula. Esto contrasta con los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías para mejorar la educación, pues su aplicación con fines educativos es todavía escasa. El estudio arrojó otros resultados positivos, como la capacidad de los estudiantes de usar el celular al realizar una tarea académica sin que haya interacción negativa. Sin embargo, es evidente que este hábito responde a necesidades de comunicación y no suele ser empleado como herramienta didáctica.

Por otra parte, la falta de concentración en el ámbito académico aparece asociada al fracaso escolar. En este sentido, Cabanillas (2018) desarrolló una investigación con el propósito de describir la relación entre el teléfono inteligente y el rendimiento académico de los estudiantes de la Escuela Profesional de Derecho de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Como resultado, se obtuvo que “existe una relación estadísticamente significativa entre el uso del celular y el rendimiento académico, ya que el 47.83 % usa el celular en el aula de clases para realizar sus tareas académicas casi siempre” (pág. XI).

De igual manera, Hernández et al. (2023) encontraron que el uso inadecuado de dispositivos móviles puede perjudicar el aprendizaje. Compararon dos grupos de estudiantes: uno sin restricciones para el empleo de teléfonos y otro con restricciones. El primer grupo mostró un menor rendimiento académico (52 %) en comparación con el segundo, que alcanzó un 66.1 % de aprovechamiento.

Sin embargo, es importante destacar que no todos los autores coinciden en que el uso de celulares afecta de manera negativa el rendimiento de los estudiantes. De hecho, Mendoza (2018) realizó un estudio en la Universidad Mayor de San Andrés, centrado en estudiantes de cuarto año de Psicología. Los hallazgos revelaron que no hay una relación significativa entre la frecuencia con que el alumnado utiliza las redes sociales y su desempeño académico.

Como se puede observar, diversos autores han abordado el tema del uso de celulares y aparatos electrónicos en el aula; sin embargo, se hace necesario explorar con mayor profundidad las percepciones del estudiantado acerca de esta actividad en horas de clase y de cómo les afecta. Por tal motivo, esta investigación hace mucho énfasis en la reflexión que hace el alumnado y reconoce la importancia de atender a su opinión sobre la utilización de los dispositivos durante las lecciones. Partir de la reflexión del estudiante permite al docente evaluar su práctica pedagógica con mayor objetividad, de modo que se encuentren mejores soluciones para promover el empleo eficaz de la tecnología en los entornos académicos.

Por lo anterior, el objetivo general de este trabajo es explorar la percepción de los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares u otros aparatos electrónicos en el aula. Como objetivos específicos, se busca identificar con qué frecuencia los estudiantes universitarios usan los dispositivos mencionados durante una sesión de clase; igualmente, determinar cómo perciben que el uso de estos artefactos afecta sus niveles de concentración en el aula.

Las preguntas que dan origen a esta investigación son:

- ¿Cuál es la percepción que tienen los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares y otros aparatos electrónicos en el aula?

- ¿Con qué frecuencia usan los estudiantes universitarios sus celulares u otros aparatos electrónicos durante una sesión de clase?

- ¿Cómo afecta el uso de celulares u otros aparatos electrónicos los niveles de concentración en el aula?

A continuación, se detallan los fundamentos teóricos que sirven como eje vertebrador de esta investigación. Más adelante, se explica la metodología de trabajo, los resultados obtenidos, las conclusiones y, finalmente, las recomendaciones que derivan del proceso de análisis.

Fundamentación teórica

Atención y concentración

Según Machado-Bagué et al. (2021), la atención constituye la piedra angular de los procesos cognitivos que requieren una respuesta motriz para actividades específicas. Además, representa un estado neurocognitivo que precede tanto a la percepción como a la acción y emerge de una red de conexiones corticales y subcorticales con predominio en el hemisferio derecho del cerebro.

Es crucial entender el vínculo entre atención y concentración, puesto que, como describen Machado-Bagué et al. (2021), la concentración se define por la estabilidad con la que se orienta la atención hacia un objeto o estímulo específico. Igualmente, se determina por la intensidad de la atención, es decir, el grado con que una persona se enfoca en una actividad, objeto o tarea, mientras excluye las distracciones. Por lo tanto, un alto nivel de atención mejora la concentración, mientras que cualquier interrupción puede disminuir significativamente la capacidad de concentrarse. De ahí la necesidad de reflexionar sobre los distractores que puedan interferir con un nivel óptimo de concentración en las aulas.

De manera similar, Cataluña (2023) define la concentración como la capacidad que tiene un sujeto de centrar por voluntad propia toda su atención en un objeto, actividad o tarea. Esta concepción se aplica en la realización de cualquier actividad, especialmente en las académicas. La autora también señala que, si se quiere lograr la concentración, el sujeto debe abstraerse de la interacción con factores que interfieran en ella de forma negativa.

Para García (2022), la concentración se refiere a la capacidad que posibilita realizar una actividad de manera efectiva. Asimismo, señala la importancia de aprender a concentrarse, ya que esto puede dar buenos frutos, tales como el incremento en la capacidad de memoria, eficiencia al momento de tomar decisiones y agilidad ante los desafíos de la vida cotidiana. Es oportuno destacar que la autora considera que la concentración puede desarrollarse mediante la implementación de ciertas técnicas.

Del mismo modo, García (2019) indica que la concentración permite mayor capacidad receptiva, discernimiento para evaluar consecuencias, poder de distinción y mejor capacidad de memoria. En definitiva, la concentración es una competencia fundamental para el desarrollo exitoso de las actividades cotidianas y académicas. De ahí la necesidad de reflexionar acerca de su importancia, sobre todo en el ámbito universitario, donde los trabajos poseen un mayor nivel de complejidad.

Ante las discrepancias entre los autores que plantean una relación negativa entre el uso de celulares y el rendimiento académico, aquellos que lo consideran de forma positiva y los que, como Ramírez (2018), lo perciben como un fenómeno complejo, conviene reflexionar sobre lo expuesto por Huaiquián y Vásquez (2018). Estos autores afirman que “la movilidad que propician los celulares permite el desarrollo de un proceso educativo personalizado, ubicuo, situado, espontáneo e informal. Por tanto, un desafío sustancial es qué caminos se pueden construir para conectar ambos escenarios” (p. 162). En este contexto, se hace necesario explorar las percepciones de los estudiantes y el uso real que hacen de estos aparatos, de manera que los docentes, partiendo de estas realidades, puedan guiar a sus estudiantes desde un uso informal y espontáneo hacia un uso pedagógico.

También resulta esclarecedora la opinión de Espinoza et al. (2021), quienes señalan que el uso de la tecnología en los espacios académicos aporta flexibilidad y mejora la calidad en la formación del estudiantado. Sin embargo, advierten que no todas las herramientas tecnológicas ni sus usos contribuyen a dicha calidad.

El uso de los celulares y la atención

Una vez explicados los conceptos previos a partir de los autores de referencia, se aborda la relación entre el uso de celulares en el aula y los niveles de atención y concentración. En este contexto, destaca lo planteado por Montenegro (2023), quien así lo expone: “El estudiante distraído con el celular, vive en otro mundo, ocupa un espacio ajeno, totalmente extraño, obnubilado en ese atractivo digital de colores y sonidos cautivantes” (p. 68). Este planteamiento invita a una profunda reflexión pedagógica, ya que sugiere que el uso de celulares en el aula puede sumergir a los estudiantes en un estado que reduce su percepción y comprensión de la realidad, lo que a su vez afecta su capacidad de mantenerse atentos y concentrados.

Por su parte, Babb (2024) señala que “la exposición de forma excesiva al uso de dispositivos electrónicos genera una sobrecarga sensorial, haciendo que el sujeto desarrolle preferencia por estos entornos y le resulte difícil concentrarse para realizar actividades más tranquilas, como la lectura” (p. 5576). Lo expresado por la autora permite entender por qué, con frecuencia, al alumnado le resulta difícil agotar una lectura completa, captar el sentido global de un texto o mostrar interés en tareas que demandan niveles significativos de concentración.

En definitiva, se dispone de evidencia para indicar que los niveles de atención y concentración disminuyen con el uso recurrente de dispositivos electrónicos, especialmente celulares. En este sentido, Zheng et al. (2014, como se citó en Sánchez y Cardona, 2022) presentaron los resultados de una investigación realizada en China, en la que se identificó una relación significativa entre el uso de estos dispositivos y la falta de atención.

Metodología

Esta investigación se desarrolló bajo un enfoque mixto que combina lo cualitativo y cuantitativo. En cuanto a este último, el estudio tiene un alcance descriptivo y no experimental; además, se centra en la recolección de datos mediante preguntas cerradas y la medición de la frecuencia con que los estudiantes usan sus celulares y otros dispositivos durante una sesión de clases de dos horas. Por otro lado, en su componente cualitativo, el estudio se basó en un análisis documental de ensayos escritos por los participantes. A ellos se les solicitó argumentar de forma abierta y bajo un enfoque polémico acerca del uso de celulares en el aula y su impacto en los niveles de concentración.

Para la realización de este trabajo, se utilizó una muestra por conveniencia. Esto implicó seleccionar los grupos de estudio según la disponibilidad de sus docentes y la disposición de los alumnos. En la primera etapa, se incluyó a 199 estudiantes de diferentes carreras y grupos, quienes tenían en común estar inscritos en las asignaturas Español I y II. En este punto hay que destacar la solidaridad mostrada por los docentes de estas materias pues así se facilitó la aplicación de los instrumentos. Además, debido a la naturaleza de la investigación, que involucró la escritura académica, dichas asignaturas resultaron propicias.

Se diseñó un cuestionario de diez preguntas cerradas para recopilar información sobre las siguientes categorías: cuatro preguntas abordaron la frecuencia en el uso del celular, tres preguntas se centraron en el impacto del uso del celular en la concentración y las tres restantes exploraron el uso real que los universitarios dan a sus celulares y otros dispositivos electrónicos en las aulas.

En la segunda etapa, con el propósito de recopilar información cualitativa y profundizar en el objeto de estudio, se aprovechó la elaboración de un ensayo argumentativo polémico como requisito final de la asignatura. A los estudiantes se les entregó una consigna en la que se solicitó escribir sobre el siguiente tema: “Impacto del uso de los celulares y otros aparatos electrónicos en el aula en la concentración de los estudiantes universitarios”. Para esta última etapa, se seleccionó un grupo conformado por 33 estudiantes, ya que una muestra más reducida permitía un análisis más riguroso de los ensayos, teniendo en cuenta que se trataba de un trabajo final y que existían fechas límite para la publicación.

Dentro de las principales instrucciones, se les pidió que presentaran de forma explícita su tesis sobre el tema, junto con los argumentos necesarios para defenderla. Se les instó a basarse en las orientaciones recibidas durante el cuatrimestre para la elaboración de este tipo de texto y en los referentes teóricos analizados durante las clases.

Para validar el instrumento, se contó con la colaboración de colegas universitarios, quienes realizaron una aplicación piloto en sus sesiones de clase. Esto permitió identificar y corregir errores de redacción y coherencia en las preguntas, de modo que pudieron ser modificadas. En el caso del ensayo argumentativo, la consigna fue fruto de un consenso entre los docentes que, en ese momento, trabajaban con este tipo de texto.

Para el análisis de los ensayos argumentativos, se tomó como referencia una tabla de criterios elaborada de manera colaborativa junto con los profesores de la Escuela de Lenguas, quienes también estaban trabajando este texto en sus clases. Dicha tabla fue adaptada mediante la descripción de los criterios, los cuales se ajustaron a diferentes niveles de desempeño: receptivo, resolutivo, autónomo y estratégico, para facilitar la evaluación de las producciones. Asimismo, se priorizó la identificación de la tesis planteada por los estudiantes y los argumentos utilizados para sustentarla.

En cuanto a los procedimientos propios del enfoque mixto, primero se aplicó el cuestionario de naturaleza cuantitativa a todos los participantes en línea, luego se seleccionó una muestra de 33 ensayos, con el fin de profundizar en la comprensión del tema mediante una perspectiva cualitativa. Para el análisis de los datos se aplicó el método deductivo partiendo de concepciones generales acerca del uso de celulares en las aulas, hasta la exploración de casos concretos con los estudiantes objeto de estudio, lo que permitió llegar a conclusiones.

Resultados

Objetivo general: explorar la percepción de los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares u otros aparatos electrónicos en el aula y cómo afecta sus niveles de concentración.

(Figura 1). ¿Alguna vez te ha sucedido que te perdiste de alguna información porque estabas distraído usando el celular o cualquier otro aparato electrónico y tuviste que pedir que te repitieran?

Como se observa en el gráfico anterior, la mayoría de los estudiantes encuestados, equivalente al 65.8 %, reconoce que se distrae con el uso de celulares u otros aparatos electrónicos durante las sesiones de clase. Esto provoca que pierdan información importante, al punto de tener que pedirle al docente que repita.

(Figura 2). ¿En algún momento has sentido que el uso de celular y otros aparatos electrónicos ha afectado tu concentración en clases?

De igual forma, un porcentaje bastante alto, correspondiente al 71.4 % de los encuestados, reconoce que el uso de celulares u otros aparatos ha afectado sus niveles de concentración durante las clases.

(Figura 3). ¿Con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos durante las clases?

Según se muestra en la figura 3, una amplia mayoría de los estudiantes, el 98 %, utiliza sus celulares u otros dispositivos electrónicos durante las clases. De estos, el 51.3 % asegura que lo hace de forma moderada, mientras que el 27.6 % indica un uso muy frecuente y el 19.1 % reporta un uso poco frecuente.

(Figura 4). ¿En una sesión de clases de dos horas, ¿cuántas veces sueles revisar tu celular o redes sociales?

Según el gráfico anterior, el porcentaje más alto de los estudiantes encuestados, un 38.9 %, indicó que usa su celular de dos a tres veces durante una clase de dos horas. El segundo grupo mayoritario, con un 30.3 %, reconoce utilizarlo entre cuatro y cinco veces y un grupo menor, mientras que un grupo menor, correspondiente a un 29.3 %, lo emplea de tres a cuatro veces.

(Figura 5). ¿Si tuvieras que realizar un esfuerzo que consiste en dejar de usar tu celular y aparatos electrónicos durante algún tiempo sin que te afecte, ¿cuál de los siguientes tiempos crees que puedas durar?

Como se puede observar en el gráfico anterior, al preguntar a los estudiantes sobre su capacidad para dejar de usar el celular y otros aparatos electrónicos, el 32.7 % afirmó que lo máximo que puede durar es una semana. El 25.6 % indicó que puede pasar más de un día, pero no llega a una semana sin usar su celular. El 22.1 % solo podría resistir un día completo sin usarlo, y un 19.6 % señaló que no podría durar un día completo.

(Figura 6). ¿Tienes WhatsApp en tu computadora?

En este gráfico, el 78.9 % de los estudiantes encuestados tiene WhatsApp en su computadora y solamente un 21.1 % no lo tiene.

(Figura 7). ¿Con qué frecuencia usas tu celular y aparatos electrónicos para investigar en bibliotecas en línea y páginas especializadas, diseñar presentaciones académicas e investigar o leer?

Los estudiantes reportaron diversas frecuencias en el uso de dispositivos electrónicos para tareas académicas. Según los datos recopilados, 94 estudiantes usan sus dispositivos a diario para actividades como investigaciones bibliográficas, diseño de presentaciones y lectura. Un total de 47 estudiantes utilizan sus celulares más de tres veces por semana, 23 dos veces por semana y 15 tres veces por semana. Por otro lado, 20 estudiantes informaron usar sus dispositivos para fines académicos solo una vez por semana.

Tabla 2. Promedio de frecuencias
Alternativas Cantidad de estudiantes Promedio
1- Una vez por semana 20 0.10
2- Dos veces por semana 23 0.23
3- Tres veces por semana 15 0.23
4- Más de tres veces por semana 47 0.94
5- Diariamente 94 2.36
Total 199 3.86
  • Nota. La media aritmética de las respuestas fue de 39.8, con una desviación estándar de 32.71, lo que indica una variabilidad considerable en las respuestas. La frecuencia "Diariamente" mostró el mayor promedio ponderado de 2.36, para reflejar una alta dependencia de los dispositivos para fines académicos entre los encuestados. Estos resultados sugieren una tendencia significativa hacia el uso frecuente de dispositivos móviles en actividades académicas.
  • (Figura 8). Promedio de frecuencias.

    Analizando los promedios asociados a cada frecuencia, la opción 5 (Diariamente) registra un promedio de 2.36, lo que indica una alta frecuencia y dependencia del dispositivo para fines académicos. La opción 1 (Una vez por semana) presenta un promedio de 0.10, mientras que la opción 2 (Dos veces por semana) tiene un promedio de 0.23. De manera similar, la opción 3 (Tres veces por semana) muestra un promedio de 0.23. Por su parte, la opción 4 (Más de tres veces por semana) alcanza un promedio de 0.94. En conjunto, el promedio general es de 3.86, lo que refleja una tendencia hacia el uso frecuente de dispositivos móviles para tareas académicas entre los estudiantes encuestados.

    Según los datos representados, una amplia mayoría, el 81.9 % de los encuestados, usa sus celulares u otros dispositivos electrónicos diariamente para conversar con amigos y familiares, jugar, seguir a celebridades o simplemente para entretenimiento en general. Además, un 12.1 % de los estudiantes reporta usar sus dispositivos más de tres veces por semana para estas mismas actividades. Estos datos resaltan la frecuente interacción de los estudiantes con sus dispositivos para fines recreativos.

    (Figura 9). ¿Con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos para conversar con amigos y familiares, jugar, explorar el mundo de la farándula o divertirte?

    Según los datos representados, una amplia mayoría, el 81.9 % de los encuestados, usa sus celulares u otros dispositivos electrónicos diariamente para conversar con amigos y familiares, jugar, seguir a celebridades o simplemente para entretenimiento en general. Además, un 12.1 % de los estudiantes reporta usar sus dispositivos más de tres veces por semana para estas mismas actividades. Estos datos resaltan la frecuente interacción de los estudiantes con sus dispositivos para fines recreativos.

    (Figura 10). Tesis defendida en el ensayo.

    Como se puede evidenciar, la información cualitativa obtenida a través del ensayo argumentativo con los 33 participantes de esta fase guarda relación con lo expresado por la mayoría de los estudiantes en la fase cuantitativa, quienes reconocieron que el uso de celulares durante las clases interfiere con sus niveles de concentración. El 71 % de los estudiantes defendió la tesis de que el uso de aparatos electrónicos, específicamente celulares, afecta su concentración. Este dato es relevante en comparación con la minoría de estudiantes, correspondiente a un 29 %, que defendió la tesis de que el uso de aparatos electrónicos, específicamente celulares, no interfiere con sus niveles de concentración.

    (Figura 11). Razones expresadas por los estudiantes que motivan el uso de celulares.

    Dentro de los argumentos presentados por los estudiantes en defensa de su tesis, el más común fue que resulta muy difícil resistirse a las notificaciones. Este argumento fue expuesto por un 56 % de los estudiantes, quienes indicaron que al escuchar las notificaciones de su celular sienten curiosidad por averiguar de qué se trata. El segundo argumento más frecuente (27 % de los alumnos) para defender la tesis de que el uso de celulares afecta la concentración fue que, en ocasiones, toman su celular de manera inconsciente. Es decir, aunque no reciban notificaciones, el hábito de usar sus celulares les hace manipularlos sin darse cuenta. Por otro lado, también se empleó como argumento la necesidad de responder los mensajes (17 % de los alumnos). En definitiva, los argumentos presentados por el alumnado evidencian que el uso de aparatos electrónicos, específicamente celulares, interfiere con sus niveles óptimos de concentración.

    (Figura 12). Opiniones de los estudiantes respecto a la relación entre el uso de celulares y la concentración.

    Los estudiantes que presentaron la tesis de que el uso de aparatos electrónicos, específicamente celulares, no interfiere con sus niveles de concentración (29 % de los alumnos) se apoyaron en los siguientes argumentos: (a) se puede usar el celular sin desvincularse de la clase (42 %); (b) se puede hacer un uso moderado del celular (58 %).

    Discusión

    En relación con el objetivo general, a partir de los resultados obtenidos, se observa que el 71 % de los estudiantes percibe que el uso de celulares u otros dispositivos electrónicos en el aula genera distracción y reduce sus niveles de atención y concentración, lo que les obliga a pedirle al docente que repita las explicaciones. Este fenómeno pone en riesgo los niveles de rendimiento, ya que, según García (2019), la concentración facilita una mayor capacidad de receptividad, discernimiento para evaluar consecuencias, poder de distinción y una mejor memoria.

    De igual forma, el hecho de que los estudiantes consideren que el uso de celulares en clase les distrae y disminuye su atención parece contradecir lo expuesto por Mendoza (2018), quien señala que “no existe relación estadísticamente significativa entre el uso que los estudiantes dedican a las redes sociales y su rendimiento académico” (p. IX). Sin embargo, un estudiante que se distrae y ve comprometidos sus niveles de atención en clase debido a factores distractores, corre el riesgo de no alcanzar las competencias requeridas. No obstante, es necesario realizar un análisis estadístico más exhaustivo para comparar ambos resultados de manera precisa.

    El hecho de que el 65.8 % del estudiantado reconozca que se distrae con sus celulares y otros aparatos electrónicos durante sus clases, y que un 71.4 % afirme que la exposición a estos aparatos afecta sus niveles de concentración, plantea dudas sobre qué tanto aprovechan las sesiones académicas. Esto respalda lo expresado por Machado-Bagué et al. (2021), quienes consideran la concentración como un componente fundamental en el proceso de aprendizaje.

    En definitiva, que la gran mayoría de los estudiantes haya coincidido en reconocer que la interacción con sus dispositivos electrónicos afecta sus niveles de concentración confirma lo señalado por Hernández et al. (2023), quienes plantean que el uso de los dispositivos móviles puede tener una influencia negativa, lo que impacta el proceso de enseñanza-aprendizaje, cuando se utilizan como distracción.

    Asimismo, la respuesta recurrente de los estudiantes avala los supuestos que sustentan este trabajo de investigación, los cuales establecen que el uso frecuente de celulares y otros aparatos electrónicos en el aula afecta de forma negativa los niveles de concentración de los estudiantes universitarios.

    En relación con el primer objetivo específico, se determinó que el 98 % de los estudiantes usa sus celulares y otros aparatos electrónicos durante las clases. De este grupo, un 51.3 % reconoce usarlos con frecuencia moderada, un 27.6 % con mucha frecuencia, un 19.1 % con poca frecuencia y un 2 % no los usa en lo absoluto. Estos datos respaldan los supuestos iniciales de la investigación, que sugieren que los universitarios podrían asistir a clases sin un cuaderno o papel para tomar notas, sin tabletas o computadoras, pero nunca sin un celular. Este hallazgo tiene implicaciones tanto para el alumnado como para el cuerpo docente, ya que invita a una reflexión por parte de ambos actores. En particular, se plantea la necesidad de cuestionar las estrategias pedagógicas y las posibles brechas que permiten el uso de teléfonos para fines no académicos.

    Los datos obtenidos también corroboran las conclusiones de Espinoza et al. (2021), quienes hacen una precisión: “Usar la tecnología en el entorno académico no es algo nuevo, sin embargo, la forma ha cambiado” (p. 154). Con esto, se refieren al aumento en el uso de la tecnología y la flexibilidad que supone en los ambientes académicos. Actualmente, todos los estudiantes universitarios tienen el privilegio no solo de contar con un celular, sino también de acceder a las redes a través de él, lo que incrementa la frecuencia con la que lo utilizan debido a la interacción constante y el fácil acceso a estas plataformas.

    Del mismo modo, el hecho de que el porcentaje más alto de los estudiantes encuestados, correspondiente al 38.9 %, indique que utiliza su celular de dos a tres veces durante una clase de dos horas, junto con el segundo grupo mayoritario, que representa el 30.3 % de los estudiantes y reconoce usarlo entre cuatro y cinco veces, y un grupo menor, que conforma el 29.3 % y lo emplea de tres a cuatro veces, evidencia que la revisión frecuente de estos dispositivos afecta la concentración del alumnado. Este comportamiento no se limita a recibir un mensaje, sino que en la mayoría de los casos implica la necesidad de responder, lo cual supone una desconexión de la actividad de aprendizaje para transportarse a otro contexto.

    En cuanto al segundo objetivo específico, se buscó indagar sobre el uso real que el estudiantado universitario hace de estas herramientas. Aunque, en el contexto de este estudio, el uso debería ser exclusivamente académico, los resultados evidencian todo lo contrario. Es importante señalar que el 78.9 % de los estudiantes encuestados tiene WhatsApp en su computadora y solamente un 21.1 % no lo tiene. Además, afirman que contar con esta herramienta en sus dispositivos les permite hacer un uso más discreto de la misma. Sin embargo, hay que destacar que, en el ámbito académico, y específicamente en las sesiones de clase, WhatsApp no es una herramienta con un alto potencial pedagógico y las razones por las que los estudiantes la tienen no están vinculadas a sus aprendizajes.

    Para el desarrollo de este objetivo, se elaboraron dos ítems adicionales (7 y 9) con el fin de establecer una relación entre la frecuencia de uso general y la frecuencia de uso con fines pedagógicos y no pedagógicos. En cuanto al ítem 7, que pregunta “¿con qué frecuencia usas tu celular y aparatos electrónicos para investigar en bibliotecas en línea y páginas especializadas, diseñar presentaciones académicas e investigar o leer?”, se observó que 94 estudiantes usan sus celulares diariamente con estos fines. Sin embargo en el ítem 9, “¿con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos para conversar con amigos y familiares, jugar, explorar el mundo de la farándula o divertirte?”, el 81. 9 % aseguró que lo usa diariamente para esos propósitos y el 12.1 % restante más de tres veces a la semana. Estos resultados permiten deducir que es más alto el porcentaje que usa sus dispositivos para divertirse que el que lo hace con fines didácticos. Estos datos coinciden con los encontrados por Pinos et al. (2018), quienes reportaron que el 86.4 % de los estudiantes utiliza sus celulares sin objetivos académicos.

    Así también, los datos analizados corroboran las conclusiones de Vásconez-Villavicencio y Pardo-Paredes (2019), quienes señalan que el uso del teléfono para acceder a información y resolver problemas en clase es reducido. Esta situación también apoya lo expresado por Oliva (2014) en su estudio, en el que la autora demostró que el uso del celular en el aula encierra múltiples desventajas, previamente mencionadas.

    Conclusiones

    Como resultado del análisis de los datos obtenidos y con base en los autores consultados, se puede concluir que, según las percepciones del alumnado, el uso de celulares durante las clases afecta negativamente los niveles de atención y concentración. Esto podría impactar el desarrollo de las competencias necesarias y la construcción de sus aprendizajes. Además, la información obtenida sugiere que la población estudiada muestra un alto nivel de madurez y reflexión, ya que son conscientes de que la exposición a sus celulares y otros dispositivos electrónicos interfiere con su concentración. Como consecuencia, se les dificulta la adecuada recepción de la información, lo que les obliga a pedir al docente que repita lo explicado.

    En ese mismo orden, se puede concluir que la mayoría de los estudiantes usan sus celulares con frecuencia alta o moderada en las aulas. Esto indica que la interacción constante con sus aparatos electrónicos les consume tiempo, lo que, en última instancia, afecta su aprovechamiento de las clases. Además, el hecho de que la mayoría de los encuestados haya reportado utilizar sus celulares y otros dispositivos entre un mínimo de dos a tres veces y un máximo de cuatro a cinco veces, durante una sesión de dos horas, es un indicador de que los niveles de atención y concentración se ven altamente afectados por la frecuencia con que interactúan con estos aparatos.

    Aunque es cierto que los estudiantes utilizan la tecnología con fines académicos en el aula, su uso para el entretenimiento y la diversión es mucho más frecuente. Esto convierte a estas herramientas en distractores, lo que podría afectar negativamente su rendimiento académico. Adicionalmente, los hallazgos sugieren una reflexión por parte del cuerpo docente universitario. Si bien sus estudiantes son adultos responsables de su aprendizaje, también el profesor tiene una alta cuota de responsabilidad en la construcción de esos conocimientos. Por ello, debe reinventarse e innovar en su práctica pedagógica, adaptarse a los contextos actuales, asumir los avances tecnológicos y prestar atención a los desafíos de las nuevas generaciones.

    El hecho de que los estudiantes universitarios prioricen el entretenimiento y la diversión por encima de la búsqueda de información académica, la lectura y la construcción de conocimientos constituyen una oportunidad para repensar tanto el rol del estudiante como el del docente. A la luz de los retos y desafíos que este hallazgo plantea, se pueden ofrecer las siguientes recomendaciones:

    Se recomienda que los docentes diseñen actividades cronometradas que obliguen al estudiante a aprovechar el tiempo, de modo que se reduzcan las distracciones. Además, es conveniente que se diversifiquen las actividades de enseñanza, mediante la integración de plataformas y recursos lúdicos que inviten a un uso productivo de la tecnología. También, sería útil asignar tareas a los estudiantes en las que deban emplear sus dispositivos electrónicos para crear productos académicos en un tiempo determinado. De este modo, tanto docentes como estudiantes se beneficiarían de un uso consciente y responsable de los artefactos electrónicos en las aulas.

    Como parte de las conclusiones, se ha reflexionado sobre las limitaciones del estudio, y la principal se basa en el hecho de que no se pudo expandir a otras universidades ni a una muestra más amplia de estudiantes, lo que habría permitido obtener resultados más sólidos. En este sentido, se recomienda la realización de estudios comparativos en diversos espacios geográficos y culturales, para investigar si los hábitos de uso y el impacto de los dispositivos electrónicos en el aula varían según el contexto.

    Figuras

    Figura 1

    Figura 2

    Figura 3

    Figura 4

    Figura 5

    Figura 6

    Figura 7

    Figura 8

    Figura 9

    Figura 10

    Figura 11

    Figura 12

    Referencias bibliográficas

    • 1 Babb, A. (2024). El desmejoramiento de la actividad cognitiva debido al uso excesivo de dispositivos electrónicos. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 8(4), 5570–5578. https://www.ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/12768/18451
      » https://www.ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/12768/18451
    • 2 Cabanillas, A. (2018). Uso del celular y rendimiento académico en estudiantes de la escuela profesional de derecho, universidad nacional Pedro Ruiz Gallo Lambayeque [Tesis de maestría, Universidad César Vallejo]. Repositorio de la Universidad César Vallejo. https://hdl.handle.net/20.500.12692/26972
      » https://hdl.handle.net/20.500.12692/26972
    • 3 Carrillo, M., Zúñiga, B., Toscano, B., Aguas, N. y Díaz, J. (2017). Los dispositivos móviles e Internet y su uso en el aula: ¿Un factor distractor? Un estudio de caso. Tecnología Educativa, 4(3). doi.org/10.32671/terc.v4i3.96
      » https://doi.org/10.32671/terc.v4i3.96
    • 4 Cataluña, D. (2023, 27 de diciembre). Concentración: La capacidad de mantener la atención. Instituto Europeo de Psicología Positiva. https://www.iepp.es/concentracion
      » https://www.iepp.es/concentracion
    • 5 Espinoza, O., Moreira, L. y Silva, N. (2021). Efectos en el rendimiento académico por el uso de dispositivos electrónicos. Revista Conrado, 17(S2), 149–158. https://es.scribd.com/docu-ment/643633399/document-pdf
      » https://es.scribd.com/docu-ment/643633399/document-pdf
    • 6 García, L. (2022). La concentración: definición y estrategias para potenciarla. Elisabeth Rodríguez. https://elisabetrodriguezpsicologia.com/la-concentracion-definicion-y-estrategias-para-poten-ciarla/
      » https://elisabetrodriguezpsicologia.com/la-concentracion-definicion-y-estrategias-para-poten-ciarla/
    • 7 García, T. (2019). La Concentración es vital para el estudio y el trabajo. Psicoterapia para todos. https://psicoterapiaparatodos.com/la-concentracion-es-vital-para-el-estudio-y-el-trabajo/
      » https://psicoterapiaparatodos.com/la-concentracion-es-vital-para-el-estudio-y-el-trabajo/
    • 8 Hernández, V., Mar, C., Barbosa, A., Peña , G., Trejo, E. y Villar, D. (2023). Influencia del uso de dispositivos móviles en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales y Humanidades, 4(6), 469–483. https://latam.redilat.org/index.php/lt/article/view/1455/1816
      » https://latam.redilat.org/index.php/lt/article/view/1455/1816
    • 9 Hidalgo, B., Mayacela, I., Hidalgo, D. e Hidalgo, I. (2019). El uso de dispositivos electrónicos móviles y su impacto en el incremento de afecciones en los estudiantes universitarios. SATHIRI, 14(2), 257–269. doi.org/10.32645/13906925.906
      » https://doi.org/10.32645/13906925.906
    • 10 Huaiquián, C. y Vásquez, B. (2018). Uso del dispositivo móvil/celular por estudiantes de Pedagogía en el aula universitaria. Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales. (87), 155–182. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7341377
      » https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7341377
    • 11 Machado-Bagué, M., Márquez-Valdéz, A. y Acosta-Bandomo, R. (2021). Consideraciones teóricas sobre la concentración de la atención en educandos. Revista de Educación y Desarrollo, (59) https://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anteriores/59/59_Machado.pdf
      » https://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anteriores/59/59_Machado.pdf
    • 12 Mendoza, J. (2018). Uso excesivo de redes sociales de internet y rendimiento académico en estudiantes de cuarto año de la carrera de psicología UMSA. Educación Superior, 5(2), 57–70. https://tinyurl.com/4785kfk2
      » https://tinyurl.com/4785kfk2
    • 13 Montenegro, J. (2023). La generación zombi. El excesivo uso de celulares en las aulas universitarias de Perú. Revista Científica de Ciencias de la Salud, 16(2), 61–72. doi.org/10.17162/%0brccs.v16i2.1964
      » https://doi.org/10.17162/%0brccs.v16i2.1964
    • 14 Oliva, H. (2014). El uso de teléfonos móviles en el sistema educativo público de El Salvador: ¿Recurso didáctico o distractor pedagógico? Realidad y reflexión, 40, 59–76. https://camjol.info/index.php/RyR/article/view/2752
      » https://camjol.info/index.php/RyR/article/view/2752
    • 15 Pinos, N., Hurtado, S. y Rebolledo, D. (2018) Uso del teléfono celular como distractor del proceso enseñanza – aprendizaje. Investigación, vinculación, docencia y gestión, 3(4), 166–171. https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/381/210
      » https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/381/210
    • 16 Ramírez, L. (2018). Celulares al aula. Un estudio de caso en la Región Metropolitana. Foro educacional, (31), 31–46. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7233004
      » https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7233004
    • 17 Sánchez, A. y Cardona, J. (2022). Atención y memoria de acuerdo con el uso del smartphone en adolescentes y jóvenes. Revista de Psicología Universidad de Antioquia, 14(1). doi.org/10.17533/udea.rp.e344565
      » https://doi.org/10.17533/udea.rp.e344565
    • 18 Vásconez-Villavicencio, A. y Pardo-Paredes, E. (2019). Relación del uso del teléfono celular y los niveles de atención en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Encuentros, 18(01), 11–22. doi.org/10.15665/encuent.v18i01.2168
      » https://doi.org/10.15665/encuent.v18i01.2168

    Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      24 Ene 2025
    • Fecha del número
      2025

    Histórico

    • Recibido
      08 Oct 2024
    • Acepto
      08 Dic 2024
    location_on
    Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra Autopista Duarte Km 1 1/2, Santiago de los Caballeros 51000 - E-mail: lguzman@pucmm.edu.do, cuaderno@pucmm.edu.do
    rss_feed Acompanhe os números deste periódico no seu leitor de RSS
    Reportar erro